Varés & Asociados Abogados en Polonia
Vares / 09.01.2019

La protección de los derechos animales

La protección de los derechos animales*

 

La relación entre los seres humanos y el resto de animales nunca ha sido sencilla. Multitud de factores –económicos, filosóficos, religiosos, pedagógicos- han influido, a lo largo de la Historia, en el trato que hemos dispensado a los seres animados con que compartimos planeta. A ese respecto, hay opiniones para todos los gustos: desde aquellos que piensan que no debe haber límites en la utilización de los animales por los humanos hasta los que consideran que unos y otros, en tanto que seres vivos capaces de sentir dolor, deben ser sujetos de idénticos derechos.

Se atribuye al político y filósofo indio Mahatma Gandhi la cita según la cual, “la grandeza y el progreso moral de una nación se mide por cómo trata esta a los animales". Y no faltan datos que apuntalen la vigencia de dicha afirmación en nuestros días. Por ejemplo, la Psicología ha demostrado que el maltrato animal está directamente relacionado con otras formas de violencia, como la machista, la ejercida por parte de los padres hacia sus hijos, o con ciertos comportamientos de fuerza e intimidación innecesaria entre personas. Otro hecho: mientras en países como Suiza, Alemania, Holanda o Suecia el fenómeno del abandono de animales domésticos es prácticamente inexistente, en España la friolera de 300.000 perros y gatos son abandonados cada año. Extraiga cada uno sus conclusiones.

En cualquier caso, basta echar un vistazo a nuestro Facebook para darnos cuenta de que cada vez más personas están concienciadas sobre la necesidad de proteger a los animales. A pesar de ello, ni España ni Polonia se caracterizan por contar con un sistema legal excesivamente ambicioso en la materia. Como en tantas otras áreas, parece existir una desafección entre el sentir de la mayoría de la población, y la acción de los políticos, que nunca resulta tan contundente como muchos quisieran.

No obstante, no es menos cierto que algunos pasos se han dado en las últimas décadas. La UE parte de la premisa del reconocimiento de los derechos animales. Ha regulado cuestiones como la producción, el transporte y el sacrificio, y encara otras como el maltrato, la experimentación en la industria o el comercio de pieles. A rebufo de dicho impulso, también encontramos algunas reformas en nuestros países. Polonia cuenta desde 1997 con una Ley de Protección Animal que castiga el maltrato animal con multas o incluso penas de privación de libertad de hasta dos años. El Código Penal también se ocupa de punir este tipo de comportamientos lesivos, cuando son realizados a gran escala.

En España, el panorama es mucho más complicado, ya que se trata de una competencia transferida a las comunidades autónomas. De ahí que la regulación varíe sustancialmente entre una región y otra. Cataluña y Aragón son las comunidades españolas más avanzadas en protección animal. En Cataluña están prohibidos el sacrificio de animales abandonados o las mutilaciones como cortes de orejas y rabo por estética racial. En Aragón, las sanciones por maltrato animal pueden llegar a los 150.000 euros. Asimismo, el Código Penal prevé penas de hasta un año de prisión para los autores de este tipo de hechos.

En los últimos tiempos, el foco del debate se centra en la posibilidad de abolir las corridas de toros, tradición que, según las encuestas, cuenta con un apoyo popular en constante retroceso y que subsiste económicamente gracias a la financiación pública.

Sin embargo, a pesar de los avances mencionados, ambos países se encuentran aún lejos de lo logrado por otros de su entorno. Un ejemplo: en 2002 se reformó la Constitución alemana para que su art. 20 recogiera la “protección de los fundamentos naturales de la vida”, lo que en la práctica convierte la protección animal en un objetivo estatal.

Queda, en definitiva, un largo camino por recorrer.


* Artículo publicado en POLSKA VIVA de julio-agosto de 2015